domingo, 7 de febrero de 2010

Roubaix


Ya he dicho en alguna ocasión que París-Roubaix es mi carrera predilecta, la clásica entre las clásicas. Es la doncella que regresa inmaculada cada año para ofrecer su virginidad sólo a aquellos caballeros que, sobre su corcel metálico, han eliminado al dragón de adoquines.

Uno de esos caballeros fue Franco Ballerini, hoy fallecido en accidente de tráfico. Conquistó a la dama en dos ocasiones; descanse en paz.

1 comentario:

  1. Hola Carlos.

    Soy seguidor del ciclismo de carretera desde que tengo uso de razón, es más, cuantos kms. recorrimos mis padres y yo en el coche para ver las diferentes pruebas que se acercaban a Galicia. El Monte Aloia en Tui era un lugar fantástico para un final de etapa.

    Me parece que me estoy pasando con el prólogo de mi comentario je je je.
    Voy al temilla. Cuando veía en la televisión una de las denominadas " clásicas " del calendario ciclista internacional, yo soñaba con ver algún día esos lugares maravillosos que rezuman historia por los cuatro puntos cardinales. Desgraciadamente algunos de estos enclaves fueron antaño famosos por dramáticas contiendas bélicas y en la actualidad se libra en ellos otro tipo de batallas menos cruentas, aunque igual de sacrificadas. Los diferentes ciclistas sueñan con ser los mejores en una de las carreras más inhumanas del pelotón internacional. Te aseguro que jamás en mi vida olvidaré la primera vez que vi en un cartel viario la indicación de " Roubaix ".

    Desde tu Blog también aprovecho para recordar a un ciclista cuyo pundonor era inigualable. Franco, espero que sigas disfrutando del mundo de la bicicleta en el lugar donde te encuentres, porque siempre seguirás vivo en el recuerdo de todos los buenos aficionados al CICLISMO con mayúsculas.

    Carlos, hasta pronto. Un saludo desde Terras de Lemos.

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